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Cartas desde mi celda

Aires difíciles

Aires difíciles El jueves por la mañana tenía una preocupación. Una preocupación más desde que estamos en esta empresa, nada grave. Pero con todo lo que ha ocurrido se me ha olvidado. Estos días han sido muy extraños. Tengo la sensación de que ha pasado mucho más tiempo que el transcurrido desde el jueves. Por un lado, la tristeza y el desánimo por la atrocidad del atentado. Por otro, la incertidumbre hasta bien entrada la noche del sábado sobre quienes habían sido los desalmados. Después, el momento de la decisión popular. Me pareció una jornada triste, silenciosa, pero me ha emocionado que hayamos podido demostrar quién manda en el país por encima de los que, aprovechando su mayoría absoluta, toman decisiones sin tener en cuenta la opinión de una gran mayoría de ciudadanos. Reconozco que yo era una de las muchas que vivía en el letargo de una tranquilidad somnífera, resignada de que votar sería cuestión de elegir un mismo perro con distinto collar. Es más, daba por hecho que los que estaban repetirían, aún después de haber hecho cuanto les ha dado la gana desoyendo nuestra voz. Pero ha sido posible devolverles la bofetada. No sé qué tal nos irá con estos, pero he recuperado la confianza en la importancia de un voto para tomar la decisión del gobierno de un país. La desgracia es que hayamos tenido que comprobar las graves consecuencias de sus decisiones –tomadas, como no, pasando de todos- para invertir el resultado de nuestra elección. Mucha gente no pensará así, pero a mí me seguirá quedando la duda de qué hubiera pasado si no nos hubieran arrastrado a las guerras de Jorgito Bush, alias el salvador del mundo. Ahora es tarde para saberlo.

1 comentario

Stuka -

Pues... lamentablemente creo que echar al gobierno del PP es lo que querían conseguir los terroristas...