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Cartas desde mi celda

Histeria Pre-exámenes

Esta semana no he conseguido ponerme a estudiar por las tardes. Lo intento y me duermo, o me pongo a pensar en todas las cosas que hay que hacer en casa. Sólo tengo el sábado para estudiar, y tengo que aprovecharlo bien porque el domingo tenemos comida familiar, y por muy pronto que nos propongamos volver no podré hacer nada. Me conozco. Hay gente que se encierra en casa en plan ermitaño y da un ultimátum a todos los que le rodean para que no cuenten con ellos, para que les dejen en paz, pero yo no puedo hacer eso, aunque me gustaría. Si todo el mundo tiene la excusa de los exámenes para evadirse de compromisos, ¿por qué yo no? Esta semana que viene lo intentaré, que es la última y tengo que apurarla como sea. No me puedo poner nerviosa advirtiendo a todo el mundo que no me comprometa, lo que tengo que hacer es estudiar y tranquilizarme, no decir que voy a hacer esto y lo otro. Simplemente hacerlo y con eso ya tendré excusa suficiente.

Keko sigue igual. Ya no sé cómo animarle a estudiar. Lo peor de todo es que me lo pega…

En fin, estoy un poco cansada de pensar en todo lo que se debe hacer y dejarlo siempre para más adelante. A partir de ahora sólo voy a pensarlo una vez, y lo siguiente que haré será hacerlo. Si veo que no puedo, es que ni lo pienso. Es una de las fuentes de ansiedad más grandes que tengo y debo cambiarlo.

Sólo me sale escribir sobre las cosas que me hacen daño por no sacarlas al exterior, por eso hay días que no se me ocurre qué poner. Esto que cuento son rollos chungos, y no me gusta escribir sobre cosas tan grises y poco interesantes, pero por otro lado estoy convencida de que me hace bien. Por eso lo hago, aunque no quiera ni volver a leerlo ;-)

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